En el valle del Esgueva, la villa contó con fortificaciones medievales que formaban parte de la línea defensiva de la retaguardia del Duero ante las incursiones musulmanas. La villa contó con una pequeña judería. Hoy destaca el excelente castillo señorial del siglo XV y la iglesia gótica. En los alrededores puede visitarse un gran embalse que sirve como lugar de recreo.