Situada en un valle, el nombre de la villa recuerda la importancia que tuvieron las casas rupestres (“cuevillas”), de las que destaca la Cueva de los Moros, una posible ermita rupestre medieval. Solar ocupado ya en tiempos prehistóricos, en su término se han localizado varios vestigios arqueológicos de época romana. En la Edad Media contó con fortificaciones y es muy destacable la iglesia, con restos románicos y un espectacular retablo mayor del siglo XVI.