Situada a orillas del Pisuerga y al pie del abrupto cerro de Altamira, la villa cuenta antecedentes vacceos y romanos dada su estratégica situación como paso del río. Destaca la iglesia herreriana, las bodegas, las casas rupestres, o el puente medieval en el que se libró una terrible batalla contra los franceses en 1808. A 3 kilómetros se encuentra el monasterio cisterciense de Palazuelos. Para no perderse, las vistas sobre el Pisuerga desde los cortados.